Akrilikoa egur gainean – Acrílico sobre madera
200 x 200 cm
Abigail Lazkoz ha hecho del dibujo en blanco y negro la base de todo su trabajo. Sus influencias iniciales se encuentran en el cómic y la ilustración, pero su reflexión en torno a esta expresión trasciende lo meramente formal. Lazkoz propone un interesante paralelismo entre la línea, como forma sencilla y mínima capaz de estructurar tramas complejas, y la reflexión existencial de su entorno. Le interesan las paradojas, la coexistencia de conceptos contrarios, las deconstrucciones y la relativización como recursos para hablar de la violencia, la política, y de cómo la sociedad refleja y canaliza estas condiciones. Los dibujos de Abigail Lazkoz logran impactar desde una síntesis mínima del lenguaje pictórico debido a su fuerte carga expresiva. Roza lo trágico, mórbido, y siniestro de temas tan complejos como la guerra, el género, o en sentido general de cómo enfrentamos la vida y la muerte. Dancer, autorretrato de la artista, es una pieza que funciona desde estas pautas como una sentencia doctrinal sobre la muerte, no en su sentido de finitud sino de renacimiento, del fin de una etapa y comienzo de otra, del encuentro con infinitas posibilidades, la muerte como tránsito y como metáfora de la impermanencia.