Songs From the Hill (Bird Code) (2024)
Instalación escultórica. Escayola
Dimensiones variables (Pieza 1: 67 x 56 x 30 cm, pieza 2: 154 x 20 x 24 cm, pieza 3: 28 x 93 x 62 cm)
No. Registro: 2024.579.1/3
Su práctica artística revisa la relación o fricción que se produce entre el cuerpo, los objetos, la arquitectura y el sonido. Songs from the Hill (Bird Code) parte de un elemento arquitectónico habitado por el propio artista, una columna del estudio de BilbaoArte. Modelado en barro, toma la textura y apariencia del acabado de este elemento. El artista, sin embargo, modifica su curvatura y lo positiva en escayola, generando nuevos espacios tubulares. Estos nuevos espacios se relacionan a su vez con otros habitáculos y construcciones de la naturaleza, como son los nidos de las aves o los conductos y nidos de las comadrejas y otras especies que habitan bajo tierra. Estos vacíos pasan así a poder convertirse en espacios habitados por cuerpos u ocupados por sonidos.
El artista parte de una reflexión del autor Noel García López en su libro Alarmas y sirenas: sonotopías de la conmoción cotidiana, acerca de lo que sucede acontece un sonido que irrumpe en la tranquilidad del silencio: «Se agolpan, se solapan y se curvan, entonces, los sentidos del espacio. Se pliegan, los espacios y con ellos sus sentidos y de repente son a la vez objeto, sonido, memoria sentimiento y argumento…».
Avisar, advertir, expulsar, proteger, atraer, conquistar, seducir, doblegar voluntades, movilizar cuerpos son capacidades intrínsecas al sonido. Para el artista los espacios son pensados de manera consciente y reflexiva para controlar los ambientes y las sensaciones; nos condicionan y nos conforman, nos adoctrinan o estimulan, nos exponen o nos acogen.
La manera en la que nos desplazamos y entendemos el espacio, los materiales y la fisicidad de los edificios nos afecta. Esta conciencia de diseñar los espacios nos hace pensar en la inexistencia de lugares vacíos de sentido. El oído también es atravesado por estas estructuras.