Del 29 de abril al 27 de mayo de 2022 el espacio Torre de Ariz (Arizko Dorretxea) expone Bihar, etzi, atzo da con la obra del artista Urtzi Ibarguen, del programa de ayudas a la producción de BilbaoArte.
En caso de Urtzi Ibarguen (Errenteria, 1978) el lugar (el espacio) del artista se ha expandido, lo transcendental de los escultores que le precedieron (con los que comparte costumbres, luces y sombras) se ha convertido en virtualidad. Lo virtual es en la producción de Urtzi el “espacio que espacia”, al más puro estilo Heidegger, en la medida que fue concebido como ámbito relacional, dinámico y procesual. Y lo transcendental se manifestaría en un retorno a la tierra que acentúa el valor de lo sensible y de lo formal.
Esta deriva desde lo virtual a lo terrenal sirve para revelar una forma cultural y comunitaria que ha sufrido un cambio importante, que ha dejado de ser para convertirse en algo potencial, es decir, con posibilidad de rehacerse o, a lo mejor, de reinventarse. Hay un deseo de retorno a lo telúrico, al rito, al alma vasca -que diría Oteiza-, a la esencia, al vacío crómlech, a la lengua vernácula, al ayer… y se materializa desde un presente que ya es pasado pero que tiene una vocación ansiosa por ser mañana otra vez, pasado mañana siempre. Late en toda la obra un impulso hacía el futuro, aunque se percibe en su configuración las ganas de no olvidar.
La re-reflexión sobre la identidad, la retórica (el lenguaje) a utilizar, la nostalgia como factor constitutivo de la pieza, el tiempo (el tiempo pasado revisable y el tiempo futurible), la conciencia del ser-ahí son temas a tener muy en cuenta a la hora de abordar la producción plástica que tenemos ante nosotros.