From the 1st to the 19th of June BilbaoArte opens the doors of the exhibition «Cuernos a la vista / Adarrak bistara» by the resident artist in 2019 in the center Damaris Pan.
Free entry until the capacity is reached (limited according to the regulations in force on the day). Mandatory use of a mask.
«Cuernos a la vista / Adarrak bistara»
Damaris Pan

Damaris Pan is an artist and teaches at the Fine Arts Faculty of the UPV/EHU. She defended her doctoral thesis on deflection and anomaly as an artistic cornerstone in 2014. She has spent different periods abroad: at the Kunsthochschule Weissensee in Berlin and at the Art Omi residency in New York. Her recent exhibitions include the solo Qué morena estás (2017) at the Sala Rekalde and the group show Bi Dos Two at Azkuna Zentroa (2018).
How does one betray the law of oneself, opposing the habit of self-preservation? To voluntarily betray the fiction of “I”. To betray what you believe is as a given truth. Collapsing the simulacrum. To seek to allow the apparently random occurrence to emerge more actively.
How to betray Good Love?
In search of your own “skill”, outside the conceptual alibis; I think one asks oneself what it is to be a person and what it is to be an artist.
My own question is how to portray a conflict with Painting, in painting. Painting today, now, in conflict with Being and the being of things painted, and with Form, Colour, Space; in conflict with cultural norms and values, with the demands of being contemporary, and with Desire. Ever since the innocent gaze was lost, all we have had is the possibility of continuing to look and framing that conflict in order to, as María Zambrano put it, look to see. And to think what that innocent gaze might have been.
Cuernos a la vista, a voice crying land on the horizon, in the understanding that Beauty always arises anew before a new condition, in a rare intensity, appearing discontinuously, where she is not expected.
Damaris Pan
Desandar la pintura: A propósito de la exposición Cuernos a la vista, de Damaris Pan
Rosa, más rosa, rosa más verdes y ocres, movimiento, quietud, superposisiones, texturas, figuras y objetos fugaces pero estables, caos y rebeldía, racional composición, y mucho… mucho olor a pintura… Así me llegó la obra de Damaris, como cuando en casa se hornea una tarta y desde la habitación imaginas la forma y el sabor solo por el olor y algunos ingredientes invariables.
Hablamos de pintura y enseguida se supone que se mencionen los temas; pero ella misma defiende que no los hay. Y por qué tiene que haber cuando su acción radica en la pintura misma, en los problemas y vericuetos de su propia materialidad, y en la idea mutante de representación. Justo en esa afirmacion está otro valor de su trabajo: su puesta en tensión de los recursos, las convenciones y las formas, pero también del lenguaje, de los objetos, de las cosas de adentro y de afuera del ser humano.
En otras palabras, a Damaris Pan le interesa la realidad, en el sentido en que la realidad es una construcción subjetiva con la que intentamos aprehender el mundo. Pero su proceso va de lo contrario, de la inversión, del desdoblamiento de esa realidad; va de desandar lo conocido, de regresar por el mismo camino andado buscando lo que ha cambiado para atrapar eso en sus lienzos porque la intuición así le ha dicho.
En esa traición que se plantea la autora de la pintura, no puede serle más fiel. Esa es la rica paradoja y el sentido lúdico con que plantea su trabajo y también la exposición Cuernos a la vista. Para seguir andando por el mismo camino sin aburrirse en el trayecto hay que reinventar el caminar, jugar con lo que se tiene al alcance (los cacahuetes, las piernas, los rostros, el cuerpo), mirarlo todo al revés, y por qué no, burlarse de uno mismo y de los demás porque también en el humor se encuentra la irreverencia y el ejercicio del pensamiento libre.
Dailey Fernández González