Ahora resulta imposible pensar en el mundo disociándolo de su imagen. Es la hegemonía de la visión. En el mundo contemporáneo las apariencias han sustituido a la realidad. Hay que cerrar los ojos para ver las cosas de verdad. La creencia errónea de que toda fotografía es una evidencia, una verdad, es el punto de partida de mis reflexiones sobre la creación actual. Ya no podemos aceptar que pueda establecerse adecuadamente la identidad de un hombre fijando su apariencia desde un solo punto de vista en un solo lugar. Las demandas modernas de la visión son incompatibles con la singularidad del punto de vista.
Por estas razones , “Hoy hombres, mañana fotografías” es el título de mi proyecto. Nos deshumanizamos con el tiempo, nos volvemos imágenes, y ya ni siquiera sobre algún soporte físico, sino virtuales.
Desapareceremos y nos convertiremos en imágenes, puede que incluso antes de desaparecer.