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Al azar, Baltasar (1966)
Burros muertos y dedos perdidos
Proyecto que tiene origen en la figura de el burro, investigar en el modo en que este ha sido objeto de una rica simbología a lo largo de la historia y de una constante presencia en el arte.
Con una imagen vinculada a el trabajo, esta se ha utilizado como un símbolo de perseverancia y esfuerzo continuo que a su vez evoca una sensación de humildad y conexión con lo sencillo.
El burro como una escusa para generar formas e imagenes, sin necesariamente proceder en una literalidad.
Interesado en trabajar sobre los cuerpos en trabajo, de cómo la producción y la actividad, genera armonía y discordancia, una serie de cadencias tensionadas que transforman dichos cuerpos.
A partir del imaginario del animal, se llevaran a cabo una serie de esculturas, a modo de un cuerpo desmembrado que se cohesione mediante diferentes técnicas y materiales. Poniendo el foco en provocar tensiones, estas serán provocadas por la fricción entre materiales como la madera, arcilla, acero o látex y su posterior instalación en el espacio.
La inestabilidad del ensamblaje entre materiales que friccionan, provoca una incertidumbre sobre el tiempo de las esculturas resultantes. Supeditados al material, las formas pueden tender a mutar. Una escultura viva y cambiante.
En definitiva, con «Burros muertos y dedos perdidos» quiero trabajar en torno a la tenacidad en el trabajo buscando tomar los fallos o desbordamientos materiales durante los proceso como incidencias a las que adaptarse y dirigirlas por el mejor camino. Trabajar sobre un cierto tipo de obras donde el equilibrio o esa tensión sea una de las lineas de trabajo.