En los estratos de roca sedimentaria que cubre las playas de Getxo (Vizcaya) en Tunelboka y Gorrondatxe, existe un sistema estratigráfico que no es sólo geológico, sino también cultural. Fragmentos de roca cargan la insignia de su historia material. Una historia que nos desplaza atrás en el tiempo hasta los Altos Hornos de Vizcaya y la Sociedad General de Productos Cerámicos, cuyas marcas pueden ser todavía observadas en fragmentos de ladrillos refractarios y otros productos manufacturados: “Suarry”; “Uriarte Hermanos y Compañía”; “Procersa”; ”Glenboig”.
Entre 1906 y 1970, la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya vertió al Mar Cantábrico más de 125 millones de toneladas de desechos industriales, que yacen hoy expuestos en un estrato rocoso de escoria procedente de las fundiciones. Su remarcable nivel de dureza y compactación (dado que sus materiales de procedencia han sido datados entre cuarenta y ciento quince años de antigüedad), existen hoy no sólo como testimonio de la Revolución Industrial en el estuario de Bilbao, sino como fósiles para la nueva edad geológica del Antropoceno. Tunelboka y Gorrondatxe, conforman un registro geológico de referencia a nivel mundial en el que se puede estudiar la huella que la actividad humana ha dejado a nivel estratigráfico, y el modo en que las actividades humanas están alterando los sistemas de funcionamiento planetario
Miguel Sbastida (1989, España) ha realizado un Master in Fine Arts en el School of the Art Institute of Chicago gracias a una beca de Obra Social La Caixa. Es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense y ha realizado estudios de licenciatura en Holanda y Canadá. Su obra ha sido expuesta internacionalmente en venues como Zhou B Art Center, ARCO, Korea Foundation Gallery, Hyde Park Art Center, Expo Chicago, Centro del Carme, MUA, Sullivan Galleries o Laboral Centro de Arte.