Este proyecto se basa en la investigación en torno a un método de configuración de imágenes a través de diferentes ventanas dentro de la pantalla del ordenador. El escritorio se usará como mesa de trabajo virtual y las composiciones se materializarán en obras plásticas, traduciendo la imagen digital a un lenguaje pictórico.
Las ventanas serán módulos contenedores de imágenes que se podrán ampliar o reducir, superponer, reflejar o cualquiera de las acciones limitadas que permita la vista previa de una computadora. El fin es estructurar una composición que de como resultado una imagen concreta que cumpla con mis objetivos.
En un nivel técnico, me interesa descubrir qué cualidades estéticas proporcionará este proceso de trabajo a la pintura, componer con las herramientas básicas que me ofrece un ordenador y gestar unos cuadros desde un mundo y un lenguaje que no es propio de ellos. Desde un punto de vista conceptual mi interés reside en establecer un diálogo entre la creación digital y la creación plástica, ofrecer un punto de vista contemporáneo de la pintura y reflexionar sobre este modo de trabajo que planteo. Se trata de un proyecto que se materializará en una serie de óleos sobre lienzos, pero que su mayor interés residirá en su recorrido procesal previo.
La idea que me ha llevado a plantearme este trabajo es la sustitución, hoy en día, de la realidad física por la realidad virtual, otorgando a las pantallas de nuestros dispositivos tecnológicos la función de ventanas hacia el mundo exterior. Antiguamente los cuadros servían a modo de ventanas, siendo objetos colgados en la pared que permitían observar y admirar paisajes, bodegones o personas. Se imitaba la realidad para poder disfrutarla desde casa (generalizando y hablando de colecciones particulares y de la pintura de una determinada época). Las ventanas eran un visor.
Hoy en día disponemos de otro tipo de visores; las pantallas de dispositivos tecnológicos son nuestras nuevas ventanas. Por ello planteo focalizar en ellas el inicio de una serie de cuadros, como la nueva realidad de la que partir en la pintura dentro de este contexto actual.
Estas intenciones se materializarán en una instalación formada por una selección de los cuadros resultantes, colocados en fila formando una cadena como si fueran pantallas, sugiriendo la noción de producción en serie para conseguir un aspecto mecánico y frío.
Amaya Suberviola (Mendavia, Navarra, 1993) vive y trabaja en Bilbao. Es Graduada en Arte (especialidad pintura y gráfica) con un Máster de pintura (UPV/EHU).