La palabra refugiar tiene el significado de “dar amparo a alguien que huye” y viene de “refugio” y éste del latín refugium = “lugar protegido al que uno se retira cuando está huyendo”.
El verbo amparar viene del latín vulgar anteparare (en origen, poner un parapeto defensivo delante, luego prevenir y proteger)
El proyecto Un lugar en el mundo parte de la aceptación de la condición migratoria que tiene cada vez un porcentaje mayor de la población. Vivimos en un momento histórico en el que los asentamientos ya no son tan definitivos como los concebíamos en el pasado. Ya no nos compramos una vivienda para toda la vida, en lugar de eso nos mudamos múltiples veces y, en casos extremos, motivos políticos o climáticos nos obligan a desplazarnos lejos de nuestros hogares.
Derivada de esta nueva realidad itinerante y de la pérdida de arraigo que supone, surge la necesidad de construcción de un hogar nómada. ¿Qué es lo mínimo que necesitamos para construir un hogar? ¿Qué te llevarías a la espalda si no fueses a volver al lugar al que perteneces?
De estas cuestiones deviene una inquietud que se transforma en necesidad de investigación, abordando cuestiones referentes al arraigo, la relación entre el cuerpo y el espacio en el proceso de construcción de un “hogar” o la resignificación de los objetos en contextos de migración o desplazamientos.
Un lugar en el mundo se constituye como proyecto interdisciplinar en el que la exploración artística convive con una perspectiva social, al mismo tiempo que se nutre de la innovación tecnológica en aras de repensar espacios urbanos y transformarlos a través de artefactos que posibiliten la habitabilidad.