El entusiasmo para solicitar esta ayuda llega en un momento vital de cambio y transición para con el trabajo artístico y la manera de abordarlo.
Durante años he trabajado la escultura a partir del objeto encontrado y el ensamblaje. Generando cuerpos articulados entre objetos y materialidades que tanto podrían encontrarse por su ergonomía o por el contrario, por la combinación inadecuada incluso fóbica entre los ítems que las componen.
Esta práctica ha ido transitivamente dejando paso a otra más concreta en el empleo de los materiales: el trabajo en metal.
Desde hace un año y dos exposiciones, he ido aprendiendo a soldar, a forjar y a pulir el acero. Familiarizándome técnicamente con herramientas como el soldador, el corte por plasma o la radial. Y me ha encantado hacerlo.
El acero tiene una textura cero porosa y admite de manera bastante agradecida afectar en su superficie. Con paciencia, cuidados y lijas de diferentes durezas pronto adquiere una piel pulida, brillante y reflectante.
Es también pura alquimia. Pasa de un estado duro y frío a otro licuado y caliente en cosa de pocos segundos.
Sahatsa Jauregi Azkarate (Itaparica, Brasil, 1984) vive y trabaja en Bilbao. Se licenció en el año 2007 en la facultad de Bellas Artes de Leioa (EHU-UPV). Actualmente es miembro de la asociación Okela.