Esta técnica la he utilizado para construir cuerpos escultóricos a partir del trabajo sobre superficies. En mi práctica artística, como decía Didi Huberman, no hay jerarquía entre la superficie y lo central, es centro y periferia, envoltorio y cosa envuelta. El cuerpo se va formando capa a capa, las direcciones entre el dentro y el afuera están en constante relación.
Lo que me interesa de trabajar con el serrín es tener una gran cantidad y poder acceder a este material fácilmente, lo cual me da mucha soltura cuando lo manipulo. No tengo una preocupación a la hora de utilizarlo simplemente lo aplico y disfruto. Este material me permite trabajar grandes cantidades y formas. Pone en valor la materialidad plástica, lo imperfecto e irregular, lo inacabado, lo descompuesto, dando cabida a la agencia que tienen los materiales. Las pruebas del serrín con diferentes aglutinantes como la cola, cera o parafinas será la continuación de este proyecto, construiré superficies generando volumenes con ellas.
Otra fase de este proyecto es encarar las problemáticas que ocurren en la acción, cuestiones que no se pueden conocer en un primer análisis o acercamiento. Es aquello que solo existe en potencia, que solo se da en el cuerpo a cuerpo con la cosa. Necesidades que responden las lógicas del momento, donde cada obra toma su peculiaridad. Es esto lo que le hace ser propia y concreta a la vez, establecer nuevas relaciones con el mundo.