NATALIA SUÁREZ ORTIZ DE ZÁRATE

«Todo en el mundo comenzó con un sí. Una molécula dijo sí a otra molécula y nació la vida.»

Comienzo con este principio de uno de mis libros preferidos, La hora de la estrella, de Clarice Lispector. Lo pongo aquí en la cima de estos párrafos, con admiración hacia su sencillez, y automáticamente lo relaciono con el acto de dibujar: imagino un lápiz que le dice sí al papel, y de ahí nace todo lo demás. Del dibujo también admiro su sencillez. Su carácter primario deja ver con claridad el potencial infinito que tiene. Desde esa humildad se puede aspirar a algo solemne. Yo me identifico con esa aspiración.

El suceso reciente que es el dibujo ha irrumpido en el asunto habitual que es la pintura. Presento una serie de pinturas al óleo y dibujos a lápiz, de pequeño y mediano formato, realizados desde la cuarentena hasta hoy y con los que continúo trabajando. Tras un parón en pintura, comencé a dibujar, después volví a la pintura con una sensación de novedad.

Hacer un borrón, trazar una línea, son actos desprovistos de cualquier función o significado que no sean que el acto en sí ocurra. Para mí eso supone una manera muy limpia de vivir algo, muy libre de carga. Luego espero atenta a lo que pueda salir de ahí.

En general, pintando, cada arrastre de masa tiene que pasar de una manera concreta, hasta que sea la manera acertada. Un trazo de pintura no es un trámite, si algo llega a ser una pintura acabada lo es porque cada trazo tiene un carácter propio, algo que ha ocurrido de tal forma y no de otra, y eso hace que la pieza tenga el carácter que corresponde a esa suma de caracteres que son esos trazos que ocurren de maneras más o menos acertadas. Y en dibujo es igual.

Natalia Suárez Ortiz de Zárate (Vitoria-Gasteiz, 1994) vive y trabaja en Bilbao. Su trabajo se centra en la pintura, aunque también explora el mundo de las artes escénicas dentro de la compañía Tripak. Ha realizado estudios universitarios en la Universidad del País Vasco y la FBAUL de Lisboa. En 2018 recibió la beca de producción artística de la Diputación de Bizkaia, y participó en el programa de residencias de TABAKALERA en San Sebastián. Ha mostrado su trabajo en difenetes espacios, en Sala Rekalde (Bilbao) con la exposición individual AI, PUNA, en Galería AIRE (Bilbao) dentro de la exposición colectiva DIME DAME, o en el XVI AMP “Markak” en Okela Sormen Lantegia (Bilbao), entre otros.