LA VERDADERA VIDA DE FRANZISKA GAZE
Cuando comenzó a interpretar sus primeros papeles en teatro (de esto no hace tanto, diez, quince años) se creía incapaz de memorizar. Le sudaban las axilas. Era un temor en toda regla. ¿Cómo podría plantarse en un escenario, o delante de un corro de personas, y repetir con inolvidable sencillez el texto aprendido? Para ella la perfección se encontraba en una siempre fiel y exacta repetición. No dejarse ni siquiera una coma. Su interpretación debía ser como la insinuación de las lágrimas del vino en el cristal de una copa tras ser balanceada. Esta insinuación no se escribe. Es oleosa. Pictórica. Se desliza.
Es el cristal. Ella.
Muchos actores se vanaglorian de saber improvisar. Ella no eligió el teatro para aprender a improvisar. Quería poder ser igual a cualquier cosa. A todas las cosas. Ella entendía “lo igual” de un modo tradicional: la máscara detrás de la que se esconde una mera portadora. Esto implicaba un desdoblamiento. La conciencia se retiraba a un lugar espacialmente no presente, mientras el cuerpo presente era dejado a cargo de la máscara. Aquí tal vez ella pensara “podemos amar algo íntimamente, precisamente porque no lo tenemos o no está”.
De algún modo vive la muerte en cada función.
Pablo Marte (Cádiz, 1975) es artista e investigador. Su trabajo gira en torno a cómo se articulan – y re-articulan- los procesos de significación de la imagen y la producción de discurso, a través de una práctica sintomática, expansiva y heterogénea del montaje.
Ha mostrado su trabajo en contextos como el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Festival Zinebi, O cineclube (Santiago de Compostela), HANGAR Centro de Investigação Artística (Lisboa), Koldo Mitxelena, Azkuna Zentroa, Tabakalera, Kadist Art Foundation (París), CA2M (Móstoles, Madrid), Artium, BAD (Festival de Teatro y Performance de Bilbao), Arteleku y la Fundación BilbaoArte, entre otros.