Imaginemos una intrusa que capta una conversación en una lengua desconocida. Un mensaje generado frente a ella cuyo destinatario es un interlocutor invisible. Tiene la impresión de ignorar parte del contenido, pero siente su importancia. Antes de que desaparezca, toma nota por si alguien pudiera interpretarlo después.
Así, percibo el mundo habitado de mensajes visuales con connotaciones que sobrepasan la significación primera de los objetos que los producen. Una luz que cambia el aspecto de un lugar, un gesto que nos sorprende, la disposición particular de unos elementos en el espacio; transforman las cosas conocidas en insólitas. Me siento testigo de estos fenómenos, que habitualmente capturo en fotografías. Elijo después la pintura como medio para recrearlos, sabiendo que los aspectos propios de esta técnica (la composición, el color, la aplicación de la materia) pueden servirme para acentuar la extrañeza de la impresión sentida.
Mi proyecto es, pues, fruto de un diálogo con las cosas. Parto de imágenes, apuntes y sensaciones que desarrollo y concretizo en cuadros. Tras esta etapa inicial, el planteamiento pictórico se abstrae. El cuadro se convierte en un desafío en el que cada color (con su peso, su textura y su disposición) ha de encontrar la forma de relacionarse con los otros. Finalmente, en un conjunto regido por la geometría y la tensión entre color y composición, la imagen cobra vida: la sensación efímera del origen se fija y refuerza.
Ara Méndez Murillo (Córdoba, 1997) es graduada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla (2019) y con máster en pintura por la ENSAV La Cambre (2022). Participa en las exposiciones colectivas Les Souliers Rouges (Bruselas, 2021), Tell me louder (Bruselas, 2022) y A light’s narrative (Whitehouse Gallery, Bierbeek, 2022).