Blanco de España o albayalde es el nombre con el que se designa al carbonato básico de plomo II, un pigmento empleado tradicionalmente en pintura artística hasta mediados del siglo XX. En la actualidad, este compuesto es utilizado, debido a su escaso valor material, por los trabajadores de la construcción para impedir que el viandante vea el interior del local en el que trabajan. Es decir, se usa como una herramienta -pictórica- sobre un ventanal o un escaparate -cuadro o soporte pictórico-.
Mediante una intervención aleatoria abstracta, que carece de motivación o de inquietud artística, el trabajador crea una frontera perceptiva censurando la realidad que se encuentra en el interior del local. A partir de ese momento, la percepción de las personas en el exterior, así como la del propio trabajador -en el interior-, se ve limitada, creando un fuera de campo para nuestra capacidad cognitiva, motivada por una expresión que carece de cualquier interés o pretensión comunicativa, pese a que propone una nueva realidad a través de un lenguaje visual concentrado en tres pilares básicos: forma, color y trazo.
El gesto y la actitud de este improvisado pintor son el detonante de un proyecto de carácter poético que surge del interés por dotar a estos motivos gestuales del valor artístico del que carecen en el momento de su realización. La aleatoreidad del operario, la observación de movimiento natural de la muñeca al usar una brocha sin pretensión artística y la repetición de una pincelada sistemática, hacen que cada una de estas obras constituya una tipología de formas, gestos, llenados/vacíos, líneas, accidentes, inclinaciones y sombras que nos ocultan la realidad, proponiendo la idea de mirada como imposibilidad a través de una abstracción, y por tanto, una imagen que excluye voluntariamente el contexto, así como los elementos que puedan entorpecer el sentido.
Proseguir en el estudio y desarrollo de este proyecto motiva mi solicitud de la beca de la Fundación BilbaoArte. Tras una investigación fotográfica y audiovisual, se ha despertado en mí la inquietud de llevarlo a la práctica y de experimentar con el propio medio, de la misma forma que los obreros de la construcción, aunque en mi caso con una connotación que me sitúa más allá del mero hecho aleatorio: la producción e investigación artística de un proyecto que entronca con mis trabajos anteriores en torno a los límites de la percepción humana. Hasta el momento he realizado una aproximación mediante el dispositivo fotográfico y audiovisual con el motivo de comprender la metodología del proyecto planteado. El disponer de un estudio de trabajo durante el tiempo de julio hasta diciembre del 2018, como plantean las bases de la convocatoria, me permitiría trabajar en un conjunto de piezas que reflejen el proyecto planteado mediante una aproximación pictórica planteando de esta forma un proyecto multidisciplinar que abarque todo ese conjunto de disciplinas que me encuentro trabajando en la actualidad.